Es común entre las personas enunciar a la moral como sinónimo de la ética, sin embargo, es importante destacar que a pesar que ambos términos provienen de una etimología semejante, ambas tienen vertientes de salida diferente a la hora de ser justificadas.
Ética y moral son conceptos que están interrelacionados aunque no poseen el mismo significado. De un modo genérico, se puede decir que la moral está fundamentada en las concepciones y valoraciones establecidas dentro de una sociedad, mientras que la ética supone un estudio más amplio, basado en un análisis teórico, científico y racional.
La ética puede ser planteada por un dirigente, por una institución que dicta con orden lo que una sociedad debe hacer, lo que por ley y buenas costumbres es correcto ejercer, con el propósito de mantener un orden civil.
En cambio la moral, es también ese conjunto de leyes para permanecer dentro de las órdenes de la buena costumbre, pero son internas, son propias del ser humano. Se puede decidir individualmente si tener o no moral, si cumplir o no normas éticas para estar conforme a la sociedad. Si bien es cierto, que la ética utiliza a la moral como estrategia para el buen desarrollo de las sociedades, ésta no siempre será buena y aplicable a la resolución de problemas, pues en cada quien está decidir si quiere poseerla o no.
La integridad de una persona está relacionada directamente con la moral que emplee a diario, si una persona es integra y correcta, no cometerá faltas que quiebren su moral, no demandara acciones que pongan en duda su ética o calidad de vida, pues tienen reforzados caracteres morales que lo conducirán por el buen camino.
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